¡Vaya la que se ha armado! Cuando
menos se lo esperaba todo el mundo, lo que empezó como una
manifestación convocada por un colectivo desconocido ha acabado
convirtiéndose en una revuelta popular, la indignación está en las
calles acampada.
Están siendo días muy intensos, con
horas y horas de asambleas y debate, la puerta del Sol se ha
convertido en un espacio autónomo, donde todos participamos y donde
todos nos encontramos a gusto; la felicidad de las personas de todas
las edades es algo alucinante, la gente está entusiasmada,
súper-receptiva(los panfletos te los quitan de las manos!) y eso que
todavía no ha llegado lo mejor!
Al llegar a la plaza la gente se
desinhibe, se entablan conversaciones con la primera persona que te
cruzas, se pasa de una sociedad atomizada y ultra individualista a un
escenario donde el apoyo mutuo y la solidaridad están presentes. La
plaza se ha convertido en una obra de arte, las pancartas y carteles
reivindicativos se imponen sobre la publicidad y letreros de los
capitalistas. Estar ahí, sobretodo los primeros días, es algo
sensacional.
Queda patente que estamos hartos de
esta patraña de sistema, que hay otras maneras de convivir y de
organizarse, la horizontalidad y el asamblearismo están calando en
la gente y esto es un paso de gigante, ahora toca el siguiente paso:
la extensión de la revuelta y de la auto-organización en asambleas, en universidades,
barrios y curros.
Hoy las calles son nuestras, la ley del
Estado ha quedado superada por la fuerza insumisa de las personas que están hartas, la utopía es posible aunque esto solo sea una
pincelada.
¡ POR LA
EXTENSIÓN DE LA REVUELTA, TODO EL PODER A LAS ASAMBLEAS!